Arándanos rojos, corteza de abedul, humo, Angelica, grosellas negras, madera de haya ahumada, pera, frambuesas, café, quesos, de cabra, marrón (brunost), saúco, cardamomo, sal, cerveza, espino amarillo, malta, y sobre todo…regaliz, regaliz, y más regaliz…
Esta es la manera en la que introduje el artículo de la competición Italo mediterránea de los chocolate awards…solo que los ingredientes supracitados son completamente diferentes de los que cite en el artículo en el que hable de la competición mediterránea. Y esto es lo bonito de estas competiciones, el hecho de que cada una de ellas refleja los ingredientes y la personalidad del área que está participando, y digamos que se profundiza en las calidades de cada cosa típica de la zona, dependiendo de la cantidad de cosas que haya. Por ejemplo, en esta competición no hay creminos, apenas avellanas, en realidad, ni pistachos…cremas tipo Nocilla, de haber tenido más de veinte en la competición mediterránea pasamos a una sola…eso sí, ni os imagináis la cantidad de bombones de regaliz que ha habido, la mayoría de ellos con sal…pues estos países, todos los participantes en esta competición (Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia) son grandes consumidores de regaliz, del cual un gran porcentaje es salado (y aquí nos referimos a ser potentemente salado, no un toquecito de sal).
También es el sitio de las bayas. Aquí las bayas como los arándanos y las frambuesas tienen un sabor que superan a los de otros países, y son algo que hay en grandísimas cantidades en el bosque. Cuando se prueban las frambuesas silvestres en Noruega por ejemplo, ya nunca se puede ver con los mismos ojos a las fantásticas frambuesas del supermercado de gran tamaño, pues no saben a nada en comparación con las reales. Esto no aplica a las moras, que conste. Además, se usan en cantidad de pasteles y bebidas y otras preparaciones locales, pues las hay en cantidad. Personalmente, la madera de abedul y la de haya ahumada en bombones nunca las había probado (uno de estos chocolates me encanto, aunque no puedo decir demasiado, por el protocolo a seguir como jueza). Pero sí que puedo decir que son sabores que recuerdan mucho a la naturaleza de aquí, al bosque. Todo esto son sabores típicamente escandinavos.
Y ha habido muy pocos jueces, solamente estuvimos 6 personas juzgando el miércoles y 7 el jueves. EL viernes es la sesión final del Gran Jurado, en el que se me ha invitado a participar, lo cual, para mí va a ser muy interesante, pues aquí es donde se toman las decisiones finales de quienes ganan la competición.
Esta vez, la competición tuvo lugar en la escuela de restauración de Copenhague, una escuela muy prestigiosa y grande, en la que, además, nos han preparado comida muy rica para la pausa (especialmente el pan, una de las cosas maravillosas de Dinamarca, entre otras)
Además, hubo una sorpresa muy agradable, de la que os hablaré en otra ocasión, y fue la visita a la mini fabrica, situada en una de las secciones de una residencia de ancianos, de Mikkel Friis Holm, un gran hombre del chocolate (en todo sentido). Superinteresante, su filosofía de trabajo y sus chocolates. Esto nos queda pendiente.
Así pues, los ganadores, y, sobre todo, los productos ganadores, los veremos más adelante. Mientras…buen fin de semana, a mí me espera otro día más comiendo chocolates y evaluándolos.😋🍫
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