Whole Kitchen en su propuesta dulce para el mes de Julio nos invita a preparar Baked Alaska, y yo fiel a la cita estoy aquí, ahora bien, no estoy en mi cocina y esta tarta, para que quede bien y vistosa, requiere de utensilios de los que no dispongo ahora. Porque requiere de un horno adecuado para hacer el bizcocho que se le pone en la base, requiere de un buen congelador y/o una heladera para el helado, y por último una buena batidora para montar el merengue. De todo esto, adecuado, adecuado, en esta cocina transitoria solo tengo la batidora. Y ¿a qué no os imagináis lo que si que hay en esta cocina tan mal surtida? ¡un soplete! ¿sorprendente verdad?
Eso me ha llevado a improvisar, en vez de hacer un bizcocho he utilizado sobados, en vez de hacer helado he comprado una barra de helado de vainilla y eso si, el merengue lo he hecho. Esto quiere decir que es un baked Alaska pero no es casero del todo, porque tanto la base como el helado son comprados.
He improvisado raciones individuales de Baked Alaska, con una presentación bastante mejorable pero usando lo que tenía, una simple tira de acetato y un cuchillo.
INGREDIENTES:
1 Sobado por persona
Helado de vainilla (u otro al gusto)
2 Claras de huevo
100 g de azúcar
MODO DE HACER:
Por cada ración:
He cortado el sobado con un aro de forma que quede una forma redonda y luego con un cuchillo lo he abierto por la mitad quedándome dos bases de bizcocho (sobado). Reservar.
Levantar las claras de huevo a punto de nieve con un poco de limón (o crémor tártaro), cuando esté duro le añadimos el azúcar y seguimos batiendo.
He cortado un trozo de tres dedos de la barra de helado de vainilla y he repetido la operación con el aro para que tuviera forma redonda.
He puesto una de las bases de sobado, el helado, y encima de este la otra base del sobado. Con un chuchillo he repartido el merengue alrededor de la pieza y por encima de ella. Después he rodeado toda la pieza con un acetato para marcar la forma, quedándome por encima parte del merengue que he intentado con el cuchillo me quede en picos.
Con el soplete (con el que se podía soldar una pieza de lo fuerte que salía), sin poder regularlo, he intentado darle un acabado tostado al merengue de encima.
El resultado ha sido una baked Alaska individual sui generis. En el corte se pueden ver las diferentes capas.
Espero que sepáis perdonar mi improvisación, pero no siempre se está en las condiciones óptimas y hay que saber también salir del paso en condiciones adversas ¿no creéis?
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Hola Magdalena! Aplaudo tu esfuerzo de conseguir este dificil postre, en condiciones impropias. Felicidades! Un beso, Mara :)
ResponderEliminarQué chula te ha quedado!!!
ResponderEliminarbesos
Pues, a pesar de las condiciones adversas, te ha quedado muy bién, yo también utilicé el solete en vez de meterlo en el horno.
ResponderEliminarBesos
enhorabuena pero te salio mejor que en tu cocina!!! me encanta!!!
ResponderEliminarOle la improvisación, así tiene más mérito, y te ha quedado precioso.
ResponderEliminarBesos
Bravo a pesar de las condiciones te ha salido genial!!
ResponderEliminarMagdalena!! pues te ha quedado genial la verdad!!! improvisar viene bien de vez en cuando, nos agudiza jajaj
ResponderEliminarUn abrazo =)
http://www.lemonylimon.es/
Te ha quedado fenomenal. Y eso improvisando ;)
ResponderEliminarSaludos
Ni improvisación ni nada, ha quedado un postre perfecto.
ResponderEliminarBss
Elena
A ti te ha pasado lo que a mí!!! Si es que no hay nada mejor que estar en tu cocina con tus cacharros. Aún así te ha quedado estupendamente.
ResponderEliminarUn besito,
Sandra von Cake
¡Seguro que los sobaos quedarían bien ricos de base! Al menos a mí me encanta el sabor que tienen... Y de presentación te ha quedado perfecto, e igual no es casero del todo pero viene bien para cuando no apetece cocinar mucho :P Así que igual cojo tu idea de los sobaos para alguna receta... Que me ha gustado mucho la idea. ¡Besines!
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