Es la primera vez que me enfrento al reto de Carmen, el blogosférico reto de la tía Alía, de las dos recetas, la salada y la dulce esta vez me he decidido por la última: pastas de vino. Os cuento mis andanzas.
La receta original (la reproduzco abajo) era muy poco precisa, lo cual es bueno y es malo. Bueno porque deja libre la creatividad, malo porque hay que experimentar más con el riesgo de que los resultados acaben en la basura.
Lo primero que pensé al ver la receta es: ¿Qué demonios es una jícara? una medida antigua de líquidos, claro está, pero ¿cuál?, me dediqué a buscar aquí y allá, y mientras que la Real Academia Española contaba lo que era pero no decía nada de su volumen, en varias páginas web hablaban de una medida que se correspondía a 100 g y en otras de una taza de chocolate sin especificar cuanto chocolate contiene la taza.
Pero llegado a este punto me planteé: ¿Qué más da? en realidad lo importante en este caso (y en otros) son las proporciones y lo que hay que tener en cuenta es poner el doble de vino dulce que de aceite ¿no? porque la harina será la que admita la cantidad de líquido con la que trabajemos.
En segundo lugar me planteé: ¿unas pastas sin azúcar?, está bien que el vino sea dulce, pero ¿será suficiente para darle un toque "sweet" a las pastitas?
Con estas dudas empecé: puse 100 g de aceite de oliva virgen extra y 200 g de Málaga Virgen (El único vino dulce que tenía en casa en esa cantidad). Fui añadiendo harina, y según iba añadiendo me parecía que la masa era bastante pegajosa, pero seguí incorporando harina hasta que la masa tenía una consistencia no pegajosa y se podía manejar bien.
En este punto la dejé reposar en la nevera un rato. Con la masa más fría la extendí sobre la encimera con el rodillo, finita (tal y como decía en la receta) y corte las pastas con un cortapastas.
Las puse sobre un silpat en las bandeja del horno y a horno suave (170º C) las tuve unos 12-15 min, arriba y abajo con aire.
Después les puse azúcar glass por encima y el resultado fue el siguiente:
Bueno, esto coincidía exactamente con mi opinión (a priori, claro), de que la receta debería de contener más azúcar.
Dispuesta a solucionar el asunto lo primero que se me ocurrió fue coger las galletas que ya había horneado y juntarlas de dos en dos (se podía porque eran muy finitas) poniéndoles una cucharada de un dulce de cereza, que tenía previamente hecho, en medio de las dos. El resultado: unas galletas dobles de vino dulce y cereza exquisitas. Esta vez fui yo la primera que las caté, aunque inmediatamente empezaron a "desaparecer" del plato, y si me descuido me quedo sin foto.
Pero bueno, todavía no estaba del todo conforme, porque pensé que la masa, en sí misma, debía de ser más dulce y decidí que la siguiente hornada iba a ser con la misma masa a la que se le hubiera incorporado azúcar, cosa que hice, pero no puedo indicar la cantidad exacta que le añadí porque lo hice a ojo, las corté más pequeñas y el resultado fueron unas pequeñas pastas con bastante sabor a vino dulce y con un buen punto de dulce. Estas también las caté. Os dejo también la foto:
Una última apreciación sobre las pastas: de todas las tandas, las que más éxito han tenido han sido las que estaban rellenas de dulce de cereza. El éxito lo mido en base a que ¡fueron las primeras que desaparecieron!, aunque en honor a la verdad no quedó ninguna de las diferentes clases que hice.
Y para terminar, días más tarde, dándole vueltas a la cabeza a esta receta, pensé en darle otra vuelta y transformar las pastas en pastelitos, o bizcochitos, añadirle levadura a la masa y hacer una especie de cocas de vino dulce, y lo hice, pero eso será motivo de otro post que en este ya me he extendido bastante y esta receta se sale un poco del reto, aunque para abrir boca os dejo una foto.
Quiero comentar que me he divertido participando en el reto. Siempre es interesante interpretar las recetas antiguas, yo tengo el recetario de mi abuela Adelaida, que por cierto, ¡que sorpresas nos depara la vida!, era prima de Marichu Rezola (del blog las recetas de Marichu y las mías...). Lo heredamos cuando ella murió y mi hermano transcribió y prologó para que todos los nietos pudiéramos disfrutar del mismo. Muchas recetas están incompletas o solo hay algunas notas, porque, está claro, ella las conocía y dominaba, pero el que las lee se puede perder en un mar de dudas. Aún así merece la pena bucear en el mismo.
¡Gracias Carmen por compartir con todos el recetario de la tía Alía!.
Si te ha gustado, déjame tu comentario, a mi me encanta encontrármelos y son el alimento del blog.
Pues que buena idea lo de transformarlas, la receta original también te ha quedado estupenda. Yo también he hecho el reto dulce pero la verdad es que no nos han gustado nada, besos
ResponderEliminarBesos Mara, si, las tradicionales eran más sosas, pero las de cereza desaparecieron a una velocidad...
ResponderEliminarLo has arreglado muy bien.Yo tambien las hice ,y les tuve que añadir azúcar,al final no quedaron tan mal,nos las comimos.besinos
ResponderEliminarGracias Encarnita, definitivamente les faltaba dulce, azúcar como mínimo. Y comerlas, en mi casa se comen las piedras, jajajaja
EliminarRellenarlas fué una idea buenísima! A mi me gustaron porque pueden tener muchas variantes. Definitivamente hay que agregarles algo. Muy lindas!
ResponderEliminarjajajaj... es lo malo de dejar catar antes de la foto!
ResponderEliminarse ven muy ricas ;)
besos
Ostras te han quedado fantásticas y los bizcochitos menuda pinta que tienen también!! Me gusta mucho el toque de dulce de cereza que les pusiste, seguro que les vino que ni pintado!!
ResponderEliminarBesos!
Umm,que hambre me está entrando...
ResponderEliminarJajaja, lo que tienen las recetas de Tía Alia es que necesitas hacerlas con el diccionario delante o google como compañero para ayudarte a traducir las medidas jajaja, por eso yo esta vez elegí la salada, que aunque sin muchas explicaciones tampoco al menos una idea te podías hacer...
ResponderEliminary ahora que todas nos habéis facilitado el trabajo para las pastas podemos coger cualquiera de vuestras recetas un poco mas explicativas a nuestros tiempos.
Nieves
Te han quedado geniales las dos versiones, a mí me dieron más lata que a ti y estoy de acuerdo en que necesitan añadirles azúcar!!
ResponderEliminarBesotess
La verdad es que si le hacía falta el azúcar yo lo puse desde el principio por que como había dicho las suelo hacer muy a menudo pero con anís,pero ya veo que tu lo has arreglado muy y te han quedado preciosas las dos...Besets.
ResponderEliminarMenudo bien que te lo pasaste con las pastas de vino. La idea de rellenarlas es genial para darles dulzor y el añadir levadura y convertirlas en pastelitos ni te cuento. Me quedo por aquí como seguidora. Mira que no te conocía y con este desparpajo en la cocina me has conquistado. Bss reto mas que superado.
ResponderEliminarVirginia "sweet and sour"
Entretenidas estas galletas, qué quebraderos de cabeza nos han dado a todas...Yo no me quedo con buen recuerdo, la verdad...Son cosas que pasan!!!
ResponderEliminarsaliste bien parada con el relleno de las galletas, yo es que como ya he comentado no me gusta el dulce y es por eso que éstas pastas me han encantado :D deseando estoy que llegue el momento de la otra publicación, a ver qué giro de tuerca has dado.
ResponderEliminarBesos guapa
Yo me decanté por el reto salado, pero no quiero quedarme sin probar estas galletas de vino.. con sencillos ingredientes te quedaron estupendas. El añadido de dulce de cerezas me encanta!!! Besoss,
ResponderEliminarQué buena idea la de rellenarlas!!! Seguro que ese dulce de cereza les daba un sabor estupendo. Te han quedado estupendas.
ResponderEliminarUn besito,
Qué buena idea la de rellenarlas! La verdad es que a mi no se me ocurrió seguro que fué un acierto total. Un beso
ResponderEliminarSoy compañera de reto y también opté por la receta dulce y resultó muy tediosa, me ha encantado tu versión y me parece superoriginal. Me quedo de seguidora y con eso nos vemos a menudo. Muchos besitos.
ResponderEliminar¡te han quedado genial! muy bien resuelto el reto y doy fé de que la receta dulce era dificililla. Enhorabuena!!. kaki
ResponderEliminarYo también creo que rellenarlas fue un acierto en toda regla, menos mal que no tenían las plicas de mis corcheas porque creo que si no te hubiera resultado más difícil, jejeje.
ResponderEliminarBesos.
Yo hice la receta salada, pero tus galletas me encantan.
ResponderEliminarUn abrazo
A este reto dulce le veo mucho mérito, porque sí que parecía dificililla. ¡De pinta estupendas! Besines
ResponderEliminarEsos planteamientos que te hiciste tú sobre la equivalencia de una jícara en gramos, me la hice yo, y al final me quedé con la idea de utilizar vasos como medida. Y todo lo daba también el pequeñísimo número de ingredientes y que poco había que variar la receta. Una masa muy manejable, tanto como modelar plastilina, y eso hace que disfrutemos mucho más de ella, ¿verdad?
ResponderEliminarLa tarde te dio mucho de sí, fruto de que ibas quedando satisfecha con todo lo que ibas haciendo.
¡Enhorabuena!
Saludos.
Magadalena, te leo y me veo a mí misma el día que me lancé a preparar mis pastas de vino. Lo que comentas sobre las medidas del líquido, sobre la falta de azúcar, sobre lo soso del resultado...todoooo. Creo que no he sido la única a la que estas pastas no le han convencido en exceso y ha tenido que hacer algo para alegrarlas. La solución del relleno de ciruela me parece estupenda. No me extraña que volaran !!!
ResponderEliminarGracias por participar en el reto y hasta pronto :)
Bss
Gracias a ti por compartir Carmen! espero poder seguir participando asiduamente. Besos
ResponderEliminarEn La cuynera catalana se cita que antes de imponerse el litro como medida de capacidad, en Cataluña se usaba el porrón para medir líquidos como el vino o la leche, aunque el tamaño y por tanto el volumen de la medida del porrón variaban según la localidad.nota 4 En términos generales, cada porró tenía 4 petricons, o un petricó era 1/4 de porró. En Barcelona el petricón era de 23,5 cl., lo que da un porrón de 94 cl.13 De modo gráfico, las medidas eran:14 15
ResponderEliminar1 porrón = 2 «xaus»
1 porrón = 4 cuartillos o «petricons»
1 porrón = 8 jícaras
1 petricó = 1/4 de porrón = 250ml
1 jícara = 1/2 Petric = 125ml
Eso lo he sacado yo de wikipedia o wikimedia :D
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