Raquel González Setién
Sulawesi, Sumatra, Java, Papúa, Bali...son solo algunas de las aproximadamente 17.500 islas que componen Indonesia. El clima, indiscutiblemente tropical(razón por la que estuve allí en enero, para evitar la ola de frío siberiana) y las condiciones del suelo permiten que cultivos como el café y, por supuesto el cacao, crezcan con mucha facilidad. Y es que, de hecho, Indonesia es el tercer país del mundo exportador de cacao. Y para ellos, el cacao es el cuarto producto más exportado, después del aceite de Palma, la goma, y el coco.
Pero la verdad es que no ha sido y ni sigue siendo tan fácil. Realmente no se sabe exactamente cuando se trajo el cacao a estas islas, en alguna publicación se afirma que en 1560 ya había, pero en otras posteriores con registros de la flora local, no se registra el cacao. Lo que si se sabe es que lleva al menos un par de cientos de años, y que no ha sido tan fácil hacer que ocupe el lugar que ocupa en exportaciones, pues otros cultivos como por ejemplo, el tabaco o los clavos, daban más beneficios con menos trabajo. Uno de los desafíos es que los que lo cultivan son pequeños agricultores, que en la mayoría de los casos cuenta con una serie de desafíos, como son plagas a las que se someten los árboles, falta de recursos para renovar las plantaciones, que hoy por hoy cuentan con cacaoteros que han pasado su edad fértil, y falta de infraestructuras que les permitan tener estaciones de fermentación y secado cerca,aspectos muy importantes que luego se van a reflejar en el producto final, o sea, en el chocolate. El hecho de que el clima es extremadamente húmedo, no ayuda en absoluto, y le da al cacao un aroma muy particular. Personalmente, siempre me pareció que el chocolate elaborado con cacao asiático tenía notas ahumadas, e incluso un poco mohosas. Esto, más tarde aprendí que tenía que ver con los métodos de secado, o defectos en estos, mejor dicho. Y lo cierto es que es una pena, pues genéticamente el cacao indonesio es principalmente trinitario, pero también hay una parte de criollo, como en Java, donde se introdujo cacao criollo venezolano.
Cacaotero en el casco urbano |
No obstante, aunque los métodos que usan, principalmente por falta de recursos dejen mucho que desear, al menos, cacao, haberlo, lo hay. Y cuando productores cuidadosos atienden el proceso post-cosecha, se pueden lograr chocolates muy interesantes, sobre todo en los de con leche.
En mi visita a Bali, por circunstancias relacionadas básicamente con el tiempo, no nos fue posible visitar ninguna plantación, aunque si vimos en algunos jardines que había árboles de cacao, entre cocoteros y árboles de mangos. No obstante, si vais a Bali, aquí podéis encontrar una lista de plantaciones-fábricas de chocolate que visitar.
-Pod chocolate factory.www.podbali.com
-Big tree farms.www.bigtreefarms.com
Esto son solo algunas, cuyos chocolates, aún no siendo el cacao indonesio mi preferido, valen la pena. Sino, aquí en Europa, tenemos marcas como Åkesson, o Pralus, elaboradas con cacao indonesio, o sino, aún más fácil de encontrar, tenemos una con leche de Michel cluitzel, con cacao de Java. En tabletas con leche, personalmente pienso que es donde sale lo mejor del cacao indonesio, aunque, como todo, es cuestión de gustos😊
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